martes, 23 de febrero de 2010

Portobello, el mercadillo ideal

No comulgo mucho con los mercadillos. De la pareja, soy el que procura esquivarlos durante los viajes, pero no sé cómo alguien se encarga de ponerlos en nuestro itinerario. El Rastro de Madrid hace años que perdió el interés para mí, Chinatown en NYC me agobia hasta el extremo y normalmente el resto de mercadillos me aburren soberanamente, excepto los asiáticos, por algunas falsificaciones que son de agradecer.

Sin embargo, en Londres me transformo y me gusta ir a ver los puestos y mercados. No sé si será porque no dan tanto la brasa, porque hay restaurantes y cafés donde hacer una parada, porque mientras uno ve un puesto el otro puede entretenerse escuchando a músicos ambulantes... No le encuentro explicación, pero reconozco que en la capital inglesa me dejo engañar con más facilidad para visitar los mercados.

Y entre todos mi favorito es Portobello (en dura pugna con Camden). Me parece el paraíso de los mercadillos. Todo el mundo parece feliz, los que venden y los que compran, los que miran y los que tocan, los que pasean y los que vigilan...
También he de reconocer que hemos comprado más bien poco en Portobello (algunos productos de Camden son bastante más interesantes), pero el ambiente hace que te importe poco que la visita no sea muy provechosa, y más cuando no eres un 'shopaholic' (o como se diga).

Ver mapa más grande

No me veo comprando un cuadro o una acuarela, un recuerdo de la I Guerra Mundial o un mueble antiguo en Londres, pero si me gusta pasear por los rincones de Portobello, observar mucho y tomar un café y un bollito para reponer fuerzas.

Ahí os dejamos un álbum más amplio para que os hagáis una idea

Portobello, el mercadillo ideal (2006 y 2008)

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